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Un grupo de científicos argentinos, llevó a cabo un descubrimiento revolucionario sobre la composición y el funcionamiento del corazón. Gracias a una serie de estudios, hallaron una estructura, ubicada dentro del órgano cardíaco y desconocida hasta el momento, que cumpliría una función clave. El grupo de cardiólogos y cirujanos al frente del estudio está conformado por los doctores Jorge Trainini, Diego Lowenstein Haber, Mario Wernike, Mario Beraudo, Benjamin Elencwajg, Francesc Carreras, Alejandro Trainini, María Elena Bastarrica, Vicente Mora Llabata y Jorge Lowenstein. Los resultados de la investigación “Fulcro y Torsión del Miocardio Helicoidal”, que fueron publicados en la revista científica Morphologie y presentados en la Sociedad Argentina de Cardiología, suponen un hecho histórico en los estudios anatómicos y mecánicos del corazón, ya que modificarán la definición habitual del órgano en los manuales de medicina. Hasta ahora, se creía que el corazón se abría y se cerraba como un puño. Pero los especialistas argentinos descubrieron que en realidad, para poder realizar su actividad funcional, rota en forma longitudinal y circunferencial. O como lo explica el Dr. Lowenstein, director de Cardiodiagnóstico en Investigaciones Médicas y Diagnóstico Médico, “Para expulsar la sangre a todas las arterias del organismo, hace un movimiento muy parecido al ‘escurrimiento de una toalla mojada’. De esta manera, se contrae y expulsa la sangre, así como al retorcer una toalla se escurre el agua. Luego se destuerce para que esta vuelva a ingresar a sus cavidades”. Como sucede con los demás músculos del cuerpo, para realizar este esfuerzo el músculo cardíaco se sostiene sobre un punto de apoyo al que los expertos han denominado “fulcro cardíaco”, que sirve de palanca para ejercer la presión hidráulica necesaria. Esta “nueva” estructura cartilaginosa de aproximadamente 2 centímetros no había sido descrita hasta ahora en la literatura científica porque se halla oculta bajo el trígono formado por la unión de las válvulas aórtica, mitral y tricúspide y solo puede verse cuando se desarma al corazón y se lo despliega como si se tratara de una bufanda. El Dr. Lowenstein destaca además que en la práctica diaria, estos conocimientos permitirán conocer mejor cómo tratar a los pacientes, desarrollando nuevas técnicas quirúrgicas y opciones terapéuticas, como dónde colocar los marcapasos para resincronizar el corazón. Finalmente, podría significar un gran avance para la industria farmacéutica, ya que al entender cuál es la fisiología del órgano se podrán generar mejores medicamentos para tratar, por ejemplo, la insuficiencia cardíaca.