Durante mucho tiempo ha existido la errónea creencia de que el cáncer de mama es una enfermedad que afecta exclusivamente a las mujeres. Sin embargo, la realidad demuestra que los hombres también están en riesgo y que aunque se trata de una afección menos común en su género, no debe subestimarse. A nivel global, la incidencia del cáncer de mama en hombres es de 1 por cada 100 mujeres diagnosticadas. Pero a pesar de tener una menor frecuencia, la falta de conocimiento general sobre la posibilidad de que los varones puedan padecer la enfermedad suele llevar a diagnósticos tardíos y terminar en complicaciones innecesarias. La invisibilidad histórica de los varones en las investigaciones y estudios sobre este tipo de cáncer, ha contribuido a la percepción equivocada de que se trata de una enfermedad exclusiva del sexo femenino. Y a lo largo de la historia, esta desinformación no solo ha afectado a los pacientes, sino también a los profesionales de la salud, que pueden pasar por alto ciertos síntomas o atribuirlos a otras dolencias menos graves. ¿El resultado? Diagnósticos retrasados y tratamientos menos efectivos. Es importante saber que, al igual que como sucede en las mujeres, el cáncer de mama en hombres no siempre presenta síntomas evidentes. La falta de conciencia sobre el cáncer de mama en hombres a menudo lleva a que, ante la presencia de un nódulo, muchos varones lo minimicen o lo atribuyan a causas menos serias. Por eso es fundamental que, ante la aparición de bultos o hundimientos en el pecho, o secreciones en el pezón, los pacientes realicen una consulta médica inmediata. El médico clínico determinará si es necesaria una consulta con un mastólogo y a través de una ecografía o mamografía se podrá confirmar o descartar la presencia de la enfermedad. Y aunque en varones este tipo de cáncer suele aparecer alrededor de los 60 años, en ocasiones puede estar relacionado con factores hereditarios, por lo que no está de más considerar estudios genéticos cuando hay antecedentes familiares.